Con el silencio de su lado, escribió. Intentó volcar tantos segundos en el papel. La tentación de no callarse nada la controlaba. Sin embargo, algo así como un respeto surgido de alguna gastada moral se le plantó adelante impidiéndole avanzar. “Es historia vieja”, le dijo, “vieja y gastada”.
sábado, 12 de diciembre de 2009
miércoles, 9 de diciembre de 2009
Angel caído
Llora por su ángel caído, su compañía, su amor. Los rayos fulgurantes se deshacen en sus alas quebradas, enfermas de agonía y pesadumbre. Respira entrecortadamente, trata de hablar y puede. La luz… menciona la luz, aquello radiante que la deslumbró. Qué pasa con ella, pregunta desesperada. Que no se pierda… y se apaga, y termina y explota en su desconsuelo…
La ciudad la despierta, el tráfico sigue al igual que su vida y se agrieta la negación. Se da cuenta y grita con violenta desesperación. Ya no quiere volver sin su ángel. Salta a las vías: la luz…la salvó. Y con un terrible chirrido cae la oscuridad.
sábado, 31 de octubre de 2009
Sara Bareilles - Gravity (Live 2008)
Something always brings me back to you.
It never takes too long.
No matter what I say or do I'll still feel you here 'til the moment I'm gone.
You hold me without touch.
You keep me without chains.
I never wanted anything so much than to drown in your love and not feel your reign.
Set me free, leave me be. I don't want to fall another moment into your gravity.
Here I am and I stand so tall, just the way I'm supposed to be.
But you're on to me and all over me.
You loved me 'cause I'm fragile.
When I thought that I was strong.
But you touch me for a little while and all my fragile strength is gone.
I live here on my knees as I try to make you see that you're everything I think I need here on
The ground.
But you're neither friend nor foe though I can't seem to let you go.
The one thing that I still know is that you're keeping me down
Qué hacer...
domingo, 25 de octubre de 2009
Medio Corazón
sábado, 24 de octubre de 2009
sábado, 23 de mayo de 2009
i griega
sábado, 16 de mayo de 2009
Todo vuelve...vuelve a ser gris
¿Se puede volver a saltar? ¿A gritar? ¿A reír para llorar? Rápidamente corro y grito y lloro de emoción y me despierto… no ha sido más que el mismo deseo que me hace ver cosas que no voy a hacer despierta. Me muevo en la resignada tranquilidad, en la resentida existencia que no deja de batallar contra los cambios. Son gérmenes de algo que nunca debió ser; se transforman en cenizas y todo vuelve… todo vuelve a ser gris.
miércoles, 8 de abril de 2009
La impresión de volver
miércoles, 25 de marzo de 2009
Nadie ve su inocencia, su contacto suave y la inevitable sonrisa sumisa que le sigue. No entienden la emoción de volver a sentir esperanzas. Falsas, pero no importa… ¿acaso había soñado con volver a sentirlas? No pedí por perfección, sólo pedí.
El juego de las miradas cruzadas ya terminó. Solamente necesitaba una mano que me ayudara a salir. Ahora sí, puedo seguir sola. Mancharme la ropa y el cuerpo de barro en el intento, hacer brotar sangre de los dedos gastados y pelear; pelear contra los truenos perdurables que retumban en mi cabeza, contra la manía de caminar en círculos y nunca ir para adelante, derecho, con inevitables y obvias anomalías pero libre al fin. Libre.
miércoles, 11 de marzo de 2009
Ojitos
Los sollozos le dan paso a gruesos lagrimones que caen sin parar de esos pobres ojitos, trato de tranquilizarlos pero no me dejan, crean una barrera invisible a mi tacto, retrocedo.
Les pido más detalles, quiero ver más, más…
Al instante la procesión de imágenes comienza. Me cubro los oídos, que paren esos gritos, ¡que paren! Paran. Los ojitos vuelven a mirarme, esta vez impiadosos, ya han comenzado, deben terminar. Los golpes marcan la puerta, marcan la piel, marcan la sangre que ha comenzado a brotar. Ya no hay gritos, sólo un sentimiento de cansancio, de ira, de impotencia que le da el paso al sueño salvador.
Cuando ya están a salvo, los ojitos transforman el olor a alcohol y a podredumbre en el perfume de los jazmines del árbol de la señora Lalita, convierten el gusto a sangre en el sabor a magdalenas de chocolate, y buscan calmar la sed con las naranjas robadas por desesperación… vuelven los golpes. Le pido a los ojitos que paren, he visto suficiente. ¡No!, me ruegan, me miran fijamente, deben seguir; y siguen.
Cambia el paisaje, la tierra va manchándome los pies, el agua arma una pasta que los protege. Siguen caminando, tropezando, golpeándose con cosas que les devuelven los golpes, el asco, el odio por no pertenecer.
Entran al primer negocio que encuentran, roban el cuchillo, ya es hora. Vuelven sobre sus pasos, el sudor de las manos hacen caer el objeto liberador. Lo agarran, caminan más rápido, el vino ya debe haber hecho su parte del trato. Lo mira por última vez para enfocar su ira, para hacer el mayor daño posible, la cuchilla estaba afilada y cortan, cortan sin parar. Clavan su filosa punta, se mezcla con la carne, la sangre, la sorpresa y los gritos de dolor.
Los ojitos salen corriendo, su respiración acelerada se convierte en histéricas carcajadas de alivio. Se lavan en el primer surtidor que encuentran; saltan, corren, llegan a su lugar feliz, se sientan en el pasto y esperan.
Me miro en el espejo, los ojitos me devuelven la mirada. Ahora pertenezco, encajo a los ojos de todos. Pero los míos…los míos siguen siendo aquellos que vieron tanto, los únicos que se salvaban de los golpes por ser útiles para trabajar.
Fue en defensa propia, alegaron los abogados. La gente me trató como a su muñeca nueva y brillante que venía a llenar sus aburridas vidas. Me adoptaron, me llenaron de jazmines, magdalenas y jugos de naranjas compradas en buena ley.
Mis ojitos le suplican al cuchillo que termine con las dos peores vidas que le han tocado a alguien. Los cubre un tono escarlata y un brillo que antecede a la locura. Se clava… vuelvo a sentir el sabor de la sangre. Se clava de nuevo, sonrío de alivio. Por fin, voy a ser feliz.
martes, 27 de enero de 2009
Fue un fin patético y lastimero, uno que no valió la pena quemante y horrorosa, fue un fin que me dejó tendida e incapaz de encontrar la paz para escribirme, describirte.
No encuentro la locura necesaria para escribir mi historia, la sentí desaparecer sutilmente…
domingo, 25 de enero de 2009
Ojos
En el instante en el que nuestros ojos se abren al mundo, podemos percibir el olor a una dura batalla que se aproxima…
Descubrimos que poseemos ternura por la cual todo el universo conspira para evitarnos problemas, acercándonos a la picaresca alegría.
Al comenzar el camino encontramos pequeñas piedras con las cuales podemos jugar y muchas veces dejar atrás. En el transcurso de dicho camino estas piedras ya no son pequeñas y sin importancia, ahora sentimos que nos molesta encontrarlas y que nos impiden seguir hacia el fin. De esta manera llegamos a la conclusión de que el tiempo nos pasó y no retornará, y los resquicios del pasado sólo quedan archivados en nuestros recuerdos.
La vida en sí es un vaivén de alegría y tristeza, de pasión y desamor, de locura y cordura, de sentir y morir en vida.
Por estas idas y vueltas que atravesamos hallamos al tan nombrado, admirado, idealizado y soñado “amor”. Por no descubrir en él la perfección, la satisfacción que nos da, digo que el amor es dolorosamente impredecible, alegremente energizante, imperiosamente anhelado y placenteramente necesario.
Después de tantas conclusiones, puedo decir sin impedimento alguno que la vida no es sencilla, que respirar es un lujo transitorio, que hay vida más allá pero no es vida, que amar trae dolor, que soñar sin realizar derrota, que juzgar sin conocer envidia. Que siempre nuestros ojos ciegos nos impiden ver lo esencial, y lo único que nos puede salvar es jugarse siempre por lo que uno desea, porque en el último instante en que nuestros ojos permanecen abiertos al mundo, es inútil reclamarse por lo que uno no hizo, por lo que hizo, por lo que dejó ir, por lo que siempre quiso y no obtuvo, por el momento en el que le tocó vivir, porque ya en ese instante sólo se percibe el olor a nada.
Por Micaela Amadio
Ilusionario- número 14
domingo, 11 de enero de 2009
Mi milagro personal
Me estás llevando… puedo verte. Tus ojos se van deformando, se caen, se queman. Te acercas, cubrís toda mi visión. Tan luminoso…tan iluminado, con tu aureola a media luz. Llegaste….vos, mi milagro personal.