miércoles, 8 de abril de 2009
La impresión de volver
Siento los destrozos, la indignación, la falta de consideración, la bronca no gritada, la agonía encerrada, cocida en la sangre y en la carne. Para que vuelva, para que rompa todo lo que pueda, para que el sentimiento de la nada se instale de nuevo. Hay una agitación, un temblor permanente en las manos, un escalofrío interminable que me recorre una y otra vez. Es la impresión de volver, volver a pasar por lo mismo, es la impresión de que a estos siete meses se les sumen otros siete. Sigamos, más vida desperdiciada, más lágrimas inútiles, odiadas, inacabadas. Es ese maldito paroxismo que obliga a pintar de sangre los brazos, el piso. Ya no hay nada que perder. Sigamos.
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