lunes, 15 de noviembre de 2010

Vacuidad

Intento dormir y se sucede una tira de imágenes veloces, que no van hacia ningún lugar, que distorsionan los recuerdos, los mimetizan con la realidad, crean esa empatía falsa que agobia a los esperanzados.

¿De dónde salió tanta inseguridad? ¿Qué pasa con todo lo que no puedo entender por ser tan común y atípico? Voy a repensar la vida, las situaciones, las responsabilidades. ¿Acaso importan? ¿Me cambian la vida? Veo lo mismo de siempre, todos los días, a toda hora. Ya había olvidado tanta maldad, incomprensión, envidia y bronca gratuita.
Se puede cambiar de vida, seguir un camino que no se eligió, estar con quien no se quiere, caminar con quien no se debe y seguir.

La necesidad de vacuidad está basada en que en algún momento, la culpa se tiene que acabar, de alguna manera todas las habilidades que tengo deben dejar de existir. ¿Por qué? Porque no sirven, porque son una falsa imagen de lo que se fue y lo que se es.
¿Y qué he hecho para cambiar la perspectiva? Aparte de entender un poco más lo que hago… y ni tanto, ¿que se me genera al ver caminar mi vida hacia ese precipicio? ¿Qué siento de tanto señalamiento con el dedo? ¿Me importa? La verdad que no, la vida es una sucesión cíclica de eventos dicen por ahí. Realzan y ensalzan imágenes pasadas que no tuvieron nada de espectaculares cuando pasaron, pero que hoy se recuerdan con un brillo de emoción creado por la imaginación, mezclada con sentimiento cliché y un poco- sólo un poco- de cerebro.

Son las 3 y media am hora argentina. Me voy y dejo tanta locura y desparramo para después.

miércoles, 9 de junio de 2010

NO QUIERO

No quiero que nos una la lástima ni la empatía ante la miseria inevitable. No quiero que nos una la infelicidad, ni la amargura. No quiero que cuando me mires te veas en tu faceta más deplorable. No quiero ser una imagen de tu sufrimiento. No quiero que cada palabra tuya sea sobre ella, no quiero que cada palabra mía sea sobre él. No quiero más tristeza ni depresiones. No quiero más imposibles ni más situaciones que nos arrastren al fracaso.
Quiero una vida nueva, la que me merezco, la que nos merecemos. Quiero que puedas mirar hacia atrás y dejar ir los recuerdos. Quiero que te preguntes: ¿muestra de qué es aferrarse? ¿Muestra de qué muerte?
Quiero que me mires y me veas, quiero que te mires y nos veas. Quiero que veas la historia posible y no la lejana. Mirame… ¿qué ves?

martes, 20 de abril de 2010

El anciano

Pertenezco a un mundo de gente impersonal. Pasa sin sentir por las veredas de mi memoria. Ataca las baldosas con pasos presurosos que van hacia ningún lugar. De vez en cuando un anciano cansado se abandona en los escalones de un edificio que, a simple vista, pasa desapercibido. Sólo ojos aburridos de la rutina se levantan y lo ven preguntándose a quién pertenecerá, quiénes habrán vivido sus historias en tan invisible lugar.
El anciano ya se levanta, contaba las moneditas fruto de la triste limosna que lo mantiene a flote. La puerta del edificio se abre y lo exalta, pero solamente es un poco más de gente impersonal, que de tan acostumbrados miran pero no, y definitivamente no ven.
El anciano ha vuelto a sentarse. Recibió un paquete de galletas que ya comenzó a abrir. Sin embargo fue un engaño de parte de alguien de una iglesia que se auto consagra bondadosa.
Las personas siguen pasando, se suceden indefinidamente y nunca miran a través del vidrio, tan sucio y abandonado. Pero sí al anciano comiendo sus galletitas. Lo miran de reojo incómodos ante la realidad que interrumpe sus charlas, siempre vanas, siempre impersonales.

lunes, 15 de marzo de 2010

Los Tipitos - Siguiendo la Luna

Siguiendo la luna No llegaré lejos
Tan lejos como se pueda llegar
Las cosas que dije No tienen sentido
No puedo detenerme Ponerme a pensar
Siguiendo la luna Y su vuelta invisible
La noche seguro me alcanzará
No es que tu mirada Me sea imposible
Tan solo es la forma como caminas
Vamos mi cariño que todo está bien
Esta noche cambiaré Te juro que cambiaré
Vamos mi cariño ya no llores más
Por vos yo bajaría el sol o me hundiría en el mar

Y esto parece verdad para mí

Suena como un crimen Lo que tu me has hecho
Deberías ir a parar la prisión Suena como un crimen
Que me hayas mentido Que hayas engañado a este corazón

Siguiendo la luna No llegaré lejos
Tan lejos como se pueda llegar
Son casi las 4 de la madrugada
Tu casa brillaba cruzando el mar
Vamos mi cariño que todo está bien
Esta noche cambiaré Te juro que cambiaré
Vamos mi cariño ya no llores más
Por vos yo bajaría el sol o me hundiría en el mar

martes, 9 de febrero de 2010

Cosas en las que solía creer

v En las mariposas en el estómago.

v En las terceras y cuartas oportunidades cuando estás enamorada.

v En el cambio.

v En los amores imposibles.

v En el presente.

v En que la realidad podía ser cambiada con mucho esfuerzo.

v En las palabras.

v En los gestos.

v En el amor eterno.

v En las intuiciones.

v En pelear contra todo para lograr los objetivos.

v En lo inevitable de volver.

v En lo débil de mi pensamiento.

v En que la cárcel me la imponían otros y no yo misma.

v En la catarsis escondida en las canciones.

v En la lentitud.

v En el otro deja vu.

v En los monstruos debajo de la cama y en los fantasmas en el placard.

v En que la niñez no iba a desaparecer nunca.

v En la necesidad de alguien.

v En que nunca más iba a caer en este pozo.

v En el nihilismo.

v En los puntos finales.

v En las comedias románticas con sus finales estáticos.

v En los balances de la/mi vida.

v En la imaginación.

v En que la inspiración cae del cielo.

v En que mis ideales son inamovibles.

v En los finales felices.

lunes, 8 de febrero de 2010

La rodea la hipocresía. Aumentan las voces para llamar su atención; escucha ese ruido molesto, agudo e insoportablemente pesado. No es posible librarse de tal peso, de tanta realidad. Cambian los sentidos, los latidos. La siguen e intentan mimetizarse; logran llegar a aquel precipicio que consideraban incuestionable. Una oscuridad tapada con pequeños puntos brillantes que no alcanzan a disfrazarla. Todo es falso, y se sabe. Y si los otros decidieran seguir a pesar del riesgo de caer, lo obvio es seguir caminando, ser parte de tan inoperante multitud. Y si el cansancio por lo tan poco singular aparece, debe ser retenido; lograrlo es ganar. Y si se decide parar, se carga con el peligro de ser arrojado hacia la corriente. No se acepta la honestidad. Tanta simulación no sirve para tapar a situación tan patéticamente simplona, sin gracia. Ya no se quiere llorar, ni reir, ni nada. Se paran y se desmoronan en la nada mundana; y así seguirán hasta que se adapten o mueran. Definitivamente mueran.

martes, 2 de febrero de 2010

Me he preguntado muchas veces el por qué de mi historia, la sucesión cíclica de eventos que están destinados al fracaso. Me pregunto y respondo siempre lo mismo: porque me lo merezco. Tantas situaciones apresuran el fuego y lo obligan a morirse de sed. No existe un solo párrafo u oración que me ayude a describirnos; no existe el pasar por todos los cambios sangrantes pero invictos. Y hay tantas cosas nuevas que he dejado pasar por tanto pasado. Ya era hora de dejarnos ir, de entender que no se puede salvar lo que no quiere ser salvado. Ayudame a destruirnos para preservar lo poco que quedó intacto, ayudame a no esperarte, a imaginar un futuro alejado uno del otro.