miércoles, 10 de diciembre de 2008

Sobre Dreamland y su final infeliz

En algún momento alguien me dijo que había perdido algo en mis escritos. Irónicamente resultó ser la tristeza. Bien ahora… he vuelto.

Me encontré cruzando Dreamland… de nuevo. Había toboganes que terminaban en llanto, calesitas que exacerbaban la miseria, montañas rusas que producían una lucha paroxística de sentimientos inventados. El aire enrarecido de los teatros me dio repulsión, parecía que lo que había sido muy bueno por ser acogedor y familiar fue dejado de lado por algún edificio en mejor estado.
El abandono cubrió mi ciudad, mi tierra de sueños. Fue una capa visible para los que han corrido la misma suerte.
Me puse a recordar si la última vez había visto eso... no, no lo había visto porque mis ojos vieron desde otra perspectiva... me mostraron el lado verde de mi vida, el feliz.

jueves, 20 de noviembre de 2008

Todavía nadie lo entiende?hay apariencias q guardar... a veces soy feliz por un rato, pero no es lo q quiero q vean. Por lo general, cuando muestro mi felicidad la tocan, la ensucian, la arruinan, como un juguete nuevo que las manos pegajosas de los niños vuelven un trasto viejo. Prefiero quedarme con mi "apasionada melancolía", con mi vida en la que las tres cuartas partes han sido sueños, y el cuarto restante ha sido un poco de realidad que me he resignado a aceptar. Y si es mi "tristeza permanente" la forma de buscar lo q necesito?y si todavía nadie se da cuenta de lo obvio?te lo digo, pero es un secreto...la felicidad no te va a caer del cielo, la felicidad... es una elección.

miércoles, 29 de octubre de 2008

Carta de la que seré a la que soy (fluir de la conciencia)

El sufrimiento inventado, el que vos te imponés, no te hace crecer… perdón por la mala noticia, por esas lágrimas inútiles que no alcancé a salvar del abismo.
Las lágrimas causadas en cambio, te dejan sin aire, te duelen hasta lo físico y no se acaban hasta que vos decidas parar, te hacen querer dejar de estar y de ser, te obligan a arrastrarte.
Las lágrimas impuestas son livianas y dulces, son las que, una vez que se acaban te hacen saber que existís, que vivís, que sentís…
Cerrá los ojos, hoy van a estar secos. Tomalo como un descanso, como un sueño profundo, como esperanza. Tomalo como lo que te obligaron a hacer: olvidar, empezar de nuevo… ¿tengo que repetirlo? Nadie dijo que iba a ser fácil. La gente no piensa en vos, ni lo va a hacer… volvé a tu egoísmo, el tan criticado pero que te hizo merecedora de respeto, ese que te hizo elevarte.
Acordate de que la mayoría de las veces, las malas rachas, son evitables. Creo que el que te hizo sufrir tanto en ese momento te enseñó que no se debe depender de nadie, que no se puede confiar ni en el que CREES que es el amor de tu vida, porque corrés el riesgo de que sea uno de esos amores débiles, de los que se quiebran ante la primera distancia, corrés el riesgo sobre todo, de que él no sienta lo mismo.
Y lo sé…fue a la fuerza, y fue más doloroso, pero no iba a haber otra forma de que entendieras. Ahora…mañana, vas a ser distinta: no más lágrimas. Por varios años te van a tildar de fría e insensible: no des explicaciones. Los que critican no saben lo que lloraste en aquella época, los que hablan no entienden.
No lo culpes ni lo odies, aprendiste que no se puede obligar ni manipular a nadie para que te quiera.
Cuando esta noche apoyes la cabeza en la almohada, te vas a sentir más sola, lastimada y desilusionada que nunca. No me odies por avisarte, sólo le puse letras a la angustia que vas a sentir. Pero si te sirve de consuelo…esta va a ser la última vez. A partir de hoy ya estás sola de nuevo y lo aceptás. Dejá el dolor atrás, dejalo a él atrás…ya no vale la pena. Dormí. Te prometo que esta noche no vas a soñar…esta noche, es tuya.

martes, 30 de septiembre de 2008

No podés dejar de reír sólo porque alguien decidió dejar de estar.
No podés llorar por alguien que no lloró por vos ni imaginó tu sufrimiento.
No tenés que arriesgar nada por alguien que no supo arriesgarse por sí mismo.
No deberías esperar nada de alguien que no pudo confiar en la vida.
Basta de lágrimas. Es hora de reinventarte; llegó el momento, una vez más, de empezar de nuevo.

martes, 23 de septiembre de 2008

Isabella

Isabella se incorporó sin saber en qué momento se había despertado.
Abrió las ventanas, encontrándose nuevamente con ese cielo amarillo que la encandilaba.
La alarma de la fábrica sonó. Eran las 8 de la mañana. Buscó algo de la realidad que la había acompañado toda su vida. Rebuscó los rostros familiares asomados en las ventanas de enfrente y sólo vio gruesos barrotes recortando los pájaros que caían a pedazos ante sus ojos.
Golpearon la puerta y antes del permiso ésta se había abierto irrespetuosa.
Habló pero nadie respondió. Lloró y nadie le dio consuelo. Trató de gritar y no pudo, sus labios seguían cocidos, las muñecas estaban marcadas por el cuero, la impotencia y la brusquedad de la desesperación que se sabe inútil.
Isabella miró una vez más el cielo que estaba a punto de cambiar. La alarma volvió a sonar: eran las 8 de la noche.
Deseó dormirse de nuevo para volver a la única vida que soportaba, anheló esa vida quimérica y compañera para siempre.

jueves, 18 de septiembre de 2008

Los golpes son tantos que sólo me dedico a aguantarlos; y aunque parezca, no es masoquismo ni estupidez, es esperanza; es el deseo de que ese sufrimiento que llega en una ola arrasadora y destructora tenga un equivalente que me salve la vida. Por amor u odio, por esperanza o por estupidez, aguanto.
Me obligaste a esperar sola, a cargarme encima todo lo que me toca, a veces por egoísmo, otras por consideración, otras para obligarme a ser de hielo, de plástico.
Ante esto me arrodillo y pido dejar de sufrir, pido que esas calmas tan fugaces duren lo suficiente como para cicatrizar lo que me has hecho, lo que me he dejado hacer.

domingo, 17 de agosto de 2008

Hace muchos meses decidí no escribir por un tiempo, por el simple hecho de no despertar verdades dormidas, por la tonta razón de no sentir.
Pero los que escriben saben que no es posible, que se escribe en un papel de caramelo, en el barro con un palito, en la mente; se escribe para desahogar el tapón que se forma después de tanta presión hecha en la salida.
Tener el papel y la lapicera enfrente (sí, hubo papel antes de la tecnología), hacen que me plantee más de lo normal, me obligan a formar frases, a ordenar las oraciones, a darle curso a esta tristeza que ha vuelto.
Sé lo que se viene: es esa vida a la que miro desde afuera, y ni siquiera como una espectadora VIP, no…. Más bien como la chica que vende entradas y que se queda en una desapercibida esquina.
Vuelvo al papel porque me sacan algo importante, trato de que esta hoja me ayude a pasar por la quimera que se viene, intento sobre todo entender.

jueves, 8 de mayo de 2008

Hay situaciones que proyectás, pero sabiendo muy adentro que no van a pasar, al menos no ahora. Realidades que no salieron en los diarios, cosas que ningún horóscopo supo advertirte a tiempo. Experiencias para las que no estaba preparada, no entendía, no podía preguntar.
Se sucedieron eventos encadenados que divisé al final: todo había pasado por otra cosa, pequeñas conversaciones, imperceptibles gestos, desesperación, mente en blanco que devinieron en pérdida.
Traté de mantener la última pizca de la vieja moralidad que, me guste o no, siempre tuve y ahora escucho.
Lo único q me llega desde afuera es un rápido y cansino “ya fue”, pero desde adentro… ¿quién me ayuda a tranquilizarme? ¿A quién le importa si no es a mí que lo viví, lo sentí, te vi…
Perdón…no mucho más.

domingo, 6 de abril de 2008

Cuento

Estuve pensando seriamente, calculando los riesgos y tomando algunas precauciones. Decidí escribir un cuento en capítulos cortos. No sé si voy a continuarlo, lo intentaré. Mientras tanto...acá está el primero:

Capítulo I

Caminé con los ojos cerrados por el cordón de la acequia, toda una aventura considerando el grosor del pequeño e improvisado puente. No sabía a donde estaba yendo, nada más mantenía una fe ciega en algo que no entendía del todo.
Mi actitud ante los retos siempre había sido la misma: perseverar y llegar, dos cosas que iban de la mano en mi cabeza.
Un bocinazo me sacó del juego y me empujó a la realidad. El día estaba gris, era eso lo que no quería ver. Desde chica, los días grises habían sido premonitorios de algo malo, sería por eso que los inviernos los padecía con intensidad. Y en verano, cuando había un día que opacaba el sol era peor, porque lo malo rompía el orden natural de las cosas. Así, un día gris de verano el amor me echó de su casa y cerró de un portazo, otro me atropelló un auto que hizo que nunca más volviera a correr y otro, te conocí.

(Continuará....o no)

lunes, 31 de marzo de 2008

Mi forma de ver la vida, hasta hace un par de horas era cursi, incluso presuntuosa. Pensaba que mis gestos iban a valer para recibir algo más o menos parecido; intenté contagiar, pero eso sería cambiar, descuidar la idea de que hay que aceptar, pelear contra lo inevitable en vez de sacarle algo por más mínimo que sea; supuse que mi renovación constante iba a servir para mantener un optimismo difícil de encontrar… pero siempre y a determinada edad, una cae en esta realidad seca, en estas ganas salitrosas. Así, ese optimismo resultó ser el término de una inocencia que sólo los tontos (o los muy inteligentes) no se resignan a dejar ir, el final maldito de la época dulce que de vez en cuando y si se quiere nos toca vivir.

martes, 25 de marzo de 2008

अद्वेरतेंइया

Decidí que no me gusta este nuevo y permanente vos, pero voy a esperar… sólo un poco más. En un futuro no quiero búsquedas de porques, ni mentales ni reales. ¿Ves cómo funciono? Bastante fácil y predecible: me alimento de lo nuevo y me mato en la rutina. La comodidad que pregono no es mi lema, la tranquilidad que muestro es el cilindro de cristal en el que guardo mi aburrimiento. Aparento debilidad interna pero todavía no entendés que la vulnerabilidad que te atrajo… esa es mi máscara, no la seguridad. Al final, se descarta lo de afuera por creer que lo que uno muestra como interno es lo real. ¿Nunca se te ocurrió que podía ser al revés? Que todo fue para que nunca me conocieras/n realmente… Así van a quedar las cosas: voy a pelear por lo que creo que quiero. Espero que mínimo, iguale mis expectativas, ni una menos. Ya no más.

sábado, 16 de febrero de 2008

Puede haber sido cualquier motivo, pero la sensación fue la misma: la certeza de que algo no estaba bien, la revuelta de un cambio (en un futuro sabría si era para mejor o para peor). Me sentí mal, sin vueltas y entendiblemente mal. Caminé por toda la casa manteniendo mis dedos lejos de las teclas, no quería dar más razones para que el cambio se acelerara.
Y si… tengo el periodo pre, actual y pro de sensibilidad, soy así y he tratado (algunas veces menos que otras) de superarlo, pero es que conociéndome, sabés que es muy difícil, es como ser otra, y es ahí cuando entra el problema: porque la verdad es que aunque me pase los días renegando de mí por defectos que otros vieron, cuando se me ofrece ser realmente otra, mi sombra disminuye atrás mío, mostrando mi estado de narcisismo innato, negado e innegable; cambio repentinamente de parecer. A veces…me gusta ser yo.

lunes, 28 de enero de 2008

Para mí... De mí


Me sentí distante, sola; una soledad inquieta pero sumisa… Soñé con un día así; un día en el que mi cuerpo me quedara bien; un día en el que las nubes no opacaran la lluvia. Soñé con un resplandor pero no con un túnel. Soñé con las caras familiares que no iba a volver a ver y con las desconocidas que se cruzaban por mis ojos todos los días. Soñé con esa voz que tanto mal me hizo… me daba ánimo. Soñé con ese futuro cercano. Soñé con vos, algo nuevo, sin dolor. Soñé con estas palabras, me marearon, quisieron salir…

jueves, 10 de enero de 2008

Descubrí q mi obsesión de que cada cosa estuviera en su puesto, cada asunto en su tiempo, cada palabra en su estilo, no era el premio merecido de una mente en orden, sino al contrario, todo un sistema de simulación inventado por mí para ocultar el desorden de mi naturaleza. Descubrí que no soy disciplinado por virtud, sino como reacción contra mi negligencia; que parezco generoso por encubrir mi mezquindad, que me paso de prudente por mal pensado, que soy conciliador para no sucumbir a mis cóleras reprimidas, que sólo soy puntual para que no se sepa cuán poco me importa el tiempo ajeno. Descubrí, en fin, que el amor no es un estado del alma sino un signo del zodíaco.


Memoria de mis putas tristes
Gabriel García Márquez