Llora por su ángel caído, su compañía, su amor. Los rayos fulgurantes se deshacen en sus alas quebradas, enfermas de agonía y pesadumbre. Respira entrecortadamente, trata de hablar y puede. La luz… menciona la luz, aquello radiante que la deslumbró. Qué pasa con ella, pregunta desesperada. Que no se pierda… y se apaga, y termina y explota en su desconsuelo…
La ciudad la despierta, el tráfico sigue al igual que su vida y se agrieta la negación. Se da cuenta y grita con violenta desesperación. Ya no quiere volver sin su ángel. Salta a las vías: la luz…la salvó. Y con un terrible chirrido cae la oscuridad.
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