miércoles, 10 de octubre de 2007

Alumnitos


Que situación (a falta de una palabra mejor) increíble. Parece que hoy, la suerte (de la mala), se había quedado con nosotros cómodamente acurrucada en nuestros planes. Respiró tranquila mientras el humor se aceleraba al punto de no querer volver a vernos, de hacer renacer odios despiertos pero bien ocultos, de suplicar al día, a la vida, a Dios y/o a quién fuera más efectivo por una solución.
A pesar de todo, nunca llegó.
Y él, tan feliz con su mentira gritada a los siete vientos, con sus paralelismos obvios para nosotros, confusos para él, tan feliz recorriendo el mundo como si fuera tan poca cosa que los llantos empezaran a brotar, los pelos a suicidarse y las uñas a llenarse de ajenos…
Salta a la vista el ensañamiento inmoral de reverendo individuo para con nosotros, cinco personas tan inocentes que inspiran vergüenza, tan abatidos que inspiran desconfianza, con tanta desolación que lograron un miserable y tacaño tres.