lunes, 31 de marzo de 2008
Mi forma de ver la vida, hasta hace un par de horas era cursi, incluso presuntuosa. Pensaba que mis gestos iban a valer para recibir algo más o menos parecido; intenté contagiar, pero eso sería cambiar, descuidar la idea de que hay que aceptar, pelear contra lo inevitable en vez de sacarle algo por más mínimo que sea; supuse que mi renovación constante iba a servir para mantener un optimismo difícil de encontrar… pero siempre y a determinada edad, una cae en esta realidad seca, en estas ganas salitrosas. Así, ese optimismo resultó ser el término de una inocencia que sólo los tontos (o los muy inteligentes) no se resignan a dejar ir, el final maldito de la época dulce que de vez en cuando y si se quiere nos toca vivir.
martes, 25 de marzo de 2008
अद्वेरतेंइया
Decidí que no me gusta este nuevo y permanente vos, pero voy a esperar… sólo un poco más. En un futuro no quiero búsquedas de porques, ni mentales ni reales. ¿Ves cómo funciono? Bastante fácil y predecible: me alimento de lo nuevo y me mato en la rutina. La comodidad que pregono no es mi lema, la tranquilidad que muestro es el cilindro de cristal en el que guardo mi aburrimiento. Aparento debilidad interna pero todavía no entendés que la vulnerabilidad que te atrajo… esa es mi máscara, no la seguridad. Al final, se descarta lo de afuera por creer que lo que uno muestra como interno es lo real. ¿Nunca se te ocurrió que podía ser al revés? Que todo fue para que nunca me conocieras/n realmente… Así van a quedar las cosas: voy a pelear por lo que creo que quiero. Espero que mínimo, iguale mis expectativas, ni una menos. Ya no más.
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